Unos científicos de la Universidad Estatal de Pensilvania han desarrollado un nuevo método computacional que, según afirman, les ayudará a entender cómo comenzó la vida en la Tierra. El método del equipo tiene la capacidad de rastrear las historias evolutivas de las proteínas, retrocediendo en el tiempo hasta llegar a las células o los virus, terminando así de una vez con el debate sobre cuáles de estas estructuras biológicas fueron las primeras.
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"Tan sólo hemos comenzado a emplear el poderío potencial de este método", señala Randen Patterson, del equipo de investigación y desarrollo. Los investigadores creen que, si esto es científicamente posible, está dentro de sus posibilidades técnicas determinar si los virus evolucionaron de las células o viceversa.
El equipo se está centrando en un antiguo grupo de proteínas, el de los así llamados retroelementos, que por su peso comprenden aproximadamente el 50 por ciento del genoma humano y que son un componente crucial en varias enfermedades incluyendo el SIDA.
El equipo planea poner a disposición de otros científicos los algoritmos que han utilizado en su método como software de código abierto libremente disponible en la web.
Los científicos reconstruyen las historias evolutivas de los organismos mediante la estrategia de comparar sus secuencias genéticas y/o de sus proteínas. Los organismos que están estrechamente relacionados y comparten un antepasado común reciente tienen mayores grados de similitud entre sus secuencias. Los investigadores han usado 11 grupos de retroelementos con muy diversas procedencias para rastrear las historias evolutivas de esos retroelementos.
Su método usa un algoritmo informático para generar los perfiles evolutivos (también denominados perfiles filogenéticos), cada uno de los cuales es comparado con todos los demás. Por ejemplo: dadas cuatro secuencias, el nuevo método compara el perfil A con los perfiles B, C, y D; compara el perfil B con los perfiles C y D; y así sucesivamente para un total de seis comparaciones.
El método selecciona entonces las regiones de los perfiles que concuerdan y crea un diagrama en forma de árbol, denominado árbol filogenético, basado en las similitudes entre los retroelementos. El árbol proporciona una estimación de la distancia evolutiva y de las relaciones filogenéticas entre los retroelementos.
Los resultados de este primer estudio usando el nuevo método están ayudando a esclarecer muchas teorías existentes sobre la evolución de los retroelementos.
Información adicional en: Scitech News
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