Las películas "RoboCop" y "Yo, Robot" podrían no ser tan inverosímiles como se piensa, e IBM y cinco universidades incluyendo Stanford se están uniendo para demostrarlo.
El equipo recibió una subvención federal de 4.9 millones de dólares para intentar crear un cerebro artificial tan pequeño y funcionalmente independiente que podría caber en un morral y hacer buena parte de las actividades que realiza la masa gris que tenemos detrás de los ojos.
Esto implicaría crear una especie de cabeza que sería capaz de procesar información de una enorme variedad de fuentes, responder casi como si razonara, aprender con el tiempo y resolver problemas difíciles tan rápido como nosotros.
La meta, indicó el profesor de bioingeniería de Stanford, Kwabena Boahen, uno de los investigadores, es sentar las bases para construir una máquina que reproduzca la acción de unas 100 millones de neuronas cerebrales, y que sea tan compacta y use tan poca energía que quepa en una caja de zapatos.
"Los transistores son demasiado grandes para este trabajo, así que debemos crear algo nuevo", indicó Boahen, director del laboratorio Cerebros en Silicio de la universidad. "Hablamos de trabajar a escala atómica".
Investigaciones sobre un cerebro artificial se han realizado por décadas, y desde los años 30 se vaticinó que para 2030 surgiría un nuevo tipo de superinteligencia. Hasta la fecha, empero, nadie ha creado algo con la escala y la capacidad que busca lograr el equipo encabezado por IBM.
El proyecto es financiado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa, brazo de investigaciones independiente del Departamento de Defensa, y uno de sus máximos objetivos sería desarrollar aplicaciones militares para el nuevo cerebro.
Por ejemplo, indicó Boahen, quizá el cerebro podría colocarse en la espalda de un soldado y podría actuar "como un amigo que lo protege diciéndole qué pasa a sus espaldas". O podría replicar un perro detector de armas que reaccionara al peligro.
En el campo civil, el cerebro podría ayudar a pronosticar el clima, o ayudar a coordinar los mercados financieros a nivel mundial.
O en lo que sería su aplicación más fantástica si el proyecto tiene un gran éxito en los próximos años, el nuevo cerebro podría ir mucho más allá de las 100 millones de neuronas y ser el núcleo de una persona artificial, quizá incluso a la altura de las creaciones de películas como "RoboCop" o "Yo, Robot".
Pero eso sería un poco ambicioso hoy en día, advirtió Dharmendra Modha, quien como gerente de cómputo cognitivo del Centro de Investigación Almaden de IBM encabeza el proyecto.
La subvención entregada el jueves simplemente financia la primera fase de nueve meses de lo que podría terminar alargándose a siete años o más, dependiendo de su éxito.
IBM conformó un equipo con cinco universidades --Stanford, la Universidad de California en Merced, la Universidad de Wisconsin en Madison, además de las universidades de Cornell y Columbia-- y por ahora su objetivo es hacer planes para un procesador, o "chip", que emule las acciones de un millón de neuronas.
Con unos 100 de esos chips metidos en el cerebro del tamaño de una caja de zapatos, estaremos hablando de 100 millones de neuronas. Esto representa aproximadamente el doble de neuronas del cerebro de una rata, pero queda muy lejos de los 100 mil millones de neuronas de un cerebro humano. Acercarse a esto tardará un buen tiempo.
Tomada de la Crónica de San Francisco
El equipo recibió una subvención federal de 4.9 millones de dólares para intentar crear un cerebro artificial tan pequeño y funcionalmente independiente que podría caber en un morral y hacer buena parte de las actividades que realiza la masa gris que tenemos detrás de los ojos.
Esto implicaría crear una especie de cabeza que sería capaz de procesar información de una enorme variedad de fuentes, responder casi como si razonara, aprender con el tiempo y resolver problemas difíciles tan rápido como nosotros.
La meta, indicó el profesor de bioingeniería de Stanford, Kwabena Boahen, uno de los investigadores, es sentar las bases para construir una máquina que reproduzca la acción de unas 100 millones de neuronas cerebrales, y que sea tan compacta y use tan poca energía que quepa en una caja de zapatos.
"Los transistores son demasiado grandes para este trabajo, así que debemos crear algo nuevo", indicó Boahen, director del laboratorio Cerebros en Silicio de la universidad. "Hablamos de trabajar a escala atómica".
Investigaciones sobre un cerebro artificial se han realizado por décadas, y desde los años 30 se vaticinó que para 2030 surgiría un nuevo tipo de superinteligencia. Hasta la fecha, empero, nadie ha creado algo con la escala y la capacidad que busca lograr el equipo encabezado por IBM.
El proyecto es financiado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa, brazo de investigaciones independiente del Departamento de Defensa, y uno de sus máximos objetivos sería desarrollar aplicaciones militares para el nuevo cerebro.
Por ejemplo, indicó Boahen, quizá el cerebro podría colocarse en la espalda de un soldado y podría actuar "como un amigo que lo protege diciéndole qué pasa a sus espaldas". O podría replicar un perro detector de armas que reaccionara al peligro.
En el campo civil, el cerebro podría ayudar a pronosticar el clima, o ayudar a coordinar los mercados financieros a nivel mundial.
O en lo que sería su aplicación más fantástica si el proyecto tiene un gran éxito en los próximos años, el nuevo cerebro podría ir mucho más allá de las 100 millones de neuronas y ser el núcleo de una persona artificial, quizá incluso a la altura de las creaciones de películas como "RoboCop" o "Yo, Robot".
Pero eso sería un poco ambicioso hoy en día, advirtió Dharmendra Modha, quien como gerente de cómputo cognitivo del Centro de Investigación Almaden de IBM encabeza el proyecto.
La subvención entregada el jueves simplemente financia la primera fase de nueve meses de lo que podría terminar alargándose a siete años o más, dependiendo de su éxito.
IBM conformó un equipo con cinco universidades --Stanford, la Universidad de California en Merced, la Universidad de Wisconsin en Madison, además de las universidades de Cornell y Columbia-- y por ahora su objetivo es hacer planes para un procesador, o "chip", que emule las acciones de un millón de neuronas.
Con unos 100 de esos chips metidos en el cerebro del tamaño de una caja de zapatos, estaremos hablando de 100 millones de neuronas. Esto representa aproximadamente el doble de neuronas del cerebro de una rata, pero queda muy lejos de los 100 mil millones de neuronas de un cerebro humano. Acercarse a esto tardará un buen tiempo.
Tomada de la Crónica de San Francisco
Comentarios