Hasta ahora, utilizar células congeladas conllevaba el problema de la formación de cristales que dañasen el material genético y las inutilizasen para futuros trabajos. Sin embargo, según demuestran en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, científicos japoneses de la Universidad de Tokio, el frío no parece ser un impedimento suficientemente fuerte.
En el experimento que han realizado se han utilizado ratones que llevaban 16 años congelados a temperaturas inferiores a los 20 grados centígrados. Una vez descongelados, se extrajeron núcleos de neuronas muertas para posteriormente inyectarlo mediante la técnica de transferencia nuclear en otra célula vacía.
Acabdo el proceso, se obtuvieron embriones de ratón que sirvieron para generar varias líneas de células madre embrionarias, que después fueron cultivadas y transferidas a varias hembras de laboratorio que dieron lugar en total a 12 ejemplares clonados. Clones que nacieron sin ninguna anomalía genética ni problemas de salud.
Parece ser que la clave está en utilizar tejidos neuronales, ya que son más resistentes al frío. Esto abre las puertas a algo que hasta ahora se consideraba imposible, la resurrección de especies extinguidas, como los mamuts, ya que no les quedan células vivas con las que trabajar.
Sin embargo, su trabajo demuestra que la transferencia nuclear podría emplearse con este fin e incluso para conservar bancos de tejidos congelados durante largos periodos, y no sólo esto, parece ser que es posible utilizar células de otra especie para alojar el núcleo también sería posible.
Fuente: El Mundo Ciencia
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