Los cazadores de planetas que buscan mundos adecuados para la vida probablemente los encontrarán primero alrededor de estrellas de poca masa, porque resulta más fácil técnicamente que hallarlos alrededor de estrellas más calientes y masivas. Sin embargo, los planetas de tipo terrestre que orbiten alrededor de estrellas más pequeñas que nuestro Sol no serán habitables por mucho tiempo, según los resultados de un estudio dirigido por Rory Barnes, del Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona. Tales planetas pueden afrontar la "extinción tidal" después de tan sólo unos mil millones de años de existencia.
Una estrella cuya masa esté comprendida entre el 10 y el 25 por ciento de la de nuestro Sol también es más fría que él, de forma que la zona orbital habitable de sus planetas, la franja orbital en donde el agua puede existir en estado líquido, estará a una distancia de su estrella más corta que la existente entre nuestra zona habitable y el Sol.
Esa gran proximidad origina una evolución tidal acelerada. La fuerza que causa las mareas y otras perturbaciones será tan poderosa que la órbita del planeta de tipo terrestre se reducirá. En algunos casos, las órbitas pueden reducirse tanto y tan rápido que el planeta puede ser arrastrado hacia el borde interior de la zona habitable en menos de mil millones de años, y toda el agua del planeta se evaporará por completo.
Si los planetas habitables que orbitan alrededor de estrellas de poca masa son lo bastante masivos y tienen una órbita muy circular en vez de una muy excéntrica, podrían aguantar 4.500 millones de años (la edad de la Tierra) antes de que las fuerzas tidales de la estrella los acercasen a una distancia insoportable para la vida.
Los cazadores de planetas pueden detectar planetas en zonas habitables que están condenados a abandonarlas en el futuro. Alternativamente, pueden encontrar planetas que fueron habitables en el pasado, pero en los que fue exterminada toda posible vida por culpa de ese proceso de extinción tidal.
Barnes ha realizado el estudio junto a Brian Jackson y a Richard Greenberg, del Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona, y Sean Raymond del Centro para la Astrofísica y la Astronomía Espacial en la Universidad de Colorado.
Jackson, Barnes y Greenberg publicaron recientemente los resultados de otra investigación sobre el papel trascendental que las fuerzas tidales desempeñan en colocar planetas dentro de las zonas habitables y en sacarlos fuera de éstas. Una conclusión es que los primeros planetas de tipo terrestre en ser encontrados probablemente serán muy calientes y tendrán una gran actividad volcánica.
Información adicional en: Universidad de Arizona
Una estrella cuya masa esté comprendida entre el 10 y el 25 por ciento de la de nuestro Sol también es más fría que él, de forma que la zona orbital habitable de sus planetas, la franja orbital en donde el agua puede existir en estado líquido, estará a una distancia de su estrella más corta que la existente entre nuestra zona habitable y el Sol.
Esa gran proximidad origina una evolución tidal acelerada. La fuerza que causa las mareas y otras perturbaciones será tan poderosa que la órbita del planeta de tipo terrestre se reducirá. En algunos casos, las órbitas pueden reducirse tanto y tan rápido que el planeta puede ser arrastrado hacia el borde interior de la zona habitable en menos de mil millones de años, y toda el agua del planeta se evaporará por completo.
Si los planetas habitables que orbitan alrededor de estrellas de poca masa son lo bastante masivos y tienen una órbita muy circular en vez de una muy excéntrica, podrían aguantar 4.500 millones de años (la edad de la Tierra) antes de que las fuerzas tidales de la estrella los acercasen a una distancia insoportable para la vida.
Los cazadores de planetas pueden detectar planetas en zonas habitables que están condenados a abandonarlas en el futuro. Alternativamente, pueden encontrar planetas que fueron habitables en el pasado, pero en los que fue exterminada toda posible vida por culpa de ese proceso de extinción tidal.
Barnes ha realizado el estudio junto a Brian Jackson y a Richard Greenberg, del Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona, y Sean Raymond del Centro para la Astrofísica y la Astronomía Espacial en la Universidad de Colorado.
Jackson, Barnes y Greenberg publicaron recientemente los resultados de otra investigación sobre el papel trascendental que las fuerzas tidales desempeñan en colocar planetas dentro de las zonas habitables y en sacarlos fuera de éstas. Una conclusión es que los primeros planetas de tipo terrestre en ser encontrados probablemente serán muy calientes y tendrán una gran actividad volcánica.
Información adicional en: Universidad de Arizona
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