En las selvas de Asia ecuatorial, un nexo entre las sequías y la deforestación está contribuyendo al calentamiento global, según revela un estudio internacional entre cuyos autores figura James Randerson, científico climático de la Universidad de California en Irvine.
El estudio realizado, a partir del análisis de seis años de observaciones del clima y los incendios, mediante satélites, muestra que en años secos, la práctica de usar el fuego para limpiar los bosques aumenta sustancialmente, liberándose así grandes cantidades extra de dióxido de carbono a la atmósfera.
En el 2006, el clima en las islas de Borneo y Sumatra, Nueva Guinea y otras partes de Asia ecuatorial, bastantes de ellas en vías de rápido desarrollo, fue tres veces más seco que en el 2000, pero las emisiones de carbono procedentes de la deforestación fueron 30 veces mayores, superando a las emisiones de los combustibles fósiles.
Los resultados ilustran por qué el limitar la deforestación debe ser una parte crítica de los acuerdos futuros sobre el clima. Los expertos en modelación del calentamiento global generalmente consideran por separado el clima y el uso de la tierra al evaluar cómo los cambios afectarán a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los resultados también indican que la predicción de las sequías puede ser importante para los países de esta región que asignan recursos para combatir la deforestación clandestina.
El nexo entre la sequía y la deforestación es muy sensible. Si el clima se calienta y hay más sequías, aumenta la vulnerabilidad del bosque y la volatilidad de su carbono almacenado.
Asia ecuatorial es un punto caliente para la biodiversidad pero está sufriendo cambios a todo lo largo y ancho. Sus mercados globales están creciendo, incluyendo el negocio agrícola a gran escala. Los bosques y las turberas de la región guardan enormes cantidades de carbono, manteniéndolo fuera de la atmósfera donde puede convertirse en dióxido de carbono y generar más calor. La combustión de áreas extensas de bosque libera grandes cantidades de dióxido de carbono que de otra manera no ingresarían en la atmósfera.
Información adicional en:USI
El estudio realizado, a partir del análisis de seis años de observaciones del clima y los incendios, mediante satélites, muestra que en años secos, la práctica de usar el fuego para limpiar los bosques aumenta sustancialmente, liberándose así grandes cantidades extra de dióxido de carbono a la atmósfera.
En el 2006, el clima en las islas de Borneo y Sumatra, Nueva Guinea y otras partes de Asia ecuatorial, bastantes de ellas en vías de rápido desarrollo, fue tres veces más seco que en el 2000, pero las emisiones de carbono procedentes de la deforestación fueron 30 veces mayores, superando a las emisiones de los combustibles fósiles.
Los resultados ilustran por qué el limitar la deforestación debe ser una parte crítica de los acuerdos futuros sobre el clima. Los expertos en modelación del calentamiento global generalmente consideran por separado el clima y el uso de la tierra al evaluar cómo los cambios afectarán a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los resultados también indican que la predicción de las sequías puede ser importante para los países de esta región que asignan recursos para combatir la deforestación clandestina.
El nexo entre la sequía y la deforestación es muy sensible. Si el clima se calienta y hay más sequías, aumenta la vulnerabilidad del bosque y la volatilidad de su carbono almacenado.
Asia ecuatorial es un punto caliente para la biodiversidad pero está sufriendo cambios a todo lo largo y ancho. Sus mercados globales están creciendo, incluyendo el negocio agrícola a gran escala. Los bosques y las turberas de la región guardan enormes cantidades de carbono, manteniéndolo fuera de la atmósfera donde puede convertirse en dióxido de carbono y generar más calor. La combustión de áreas extensas de bosque libera grandes cantidades de dióxido de carbono que de otra manera no ingresarían en la atmósfera.
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