Los tres tripulantes de la Estación Espacial Internacional (EEI) tuvieron que refugiarse hoy durante 10 minutos en una nave, adosada a la plataforma orbital como un bote salvavidas, ante el peligro de un choque con restos de un satélite desechado, informó la NASA.
El comandante de la EEI, Michael Fincke, la ingeniera de vuelo Sandra Magnus (ambos estadounidenses) y el ingeniero de vuelo ruso Yury Lonchakov se alojaron en la nave rusa Soyuz, atracada en la plataforma que orbita a unos 385 kilómetros de la Tierra y a más de 27.000 kilómetros por hora.
Según el relato de la agencia espacial estadounidense, los restos del satélite fueron detectados cuando ya era tarde para llevar a cabo una maniobra de desvío, por lo que se recomendó a los tres tripulantes evacuar la estación, refugiarse en la nave rusa, y cerrar las compuertas.
Esta medida, explicó la NASA, dio más protección a los tripulantes y les hubiese permitido partir rápidamente de la EEI en el "caso poco probable" de que los desechos impactaran la estación y causaran una pérdida de presión.
De acuerdo con la agencia espacial, el objeto flotante estuvo en su punto más próximo a la EEI a la hora 16.39 GMT. Seis minutos después se determinó que el trozo de motor del satélite ya no impactaría con la EEI, y se autorizó a los tres astronautas para que abrieran las escotillas y retornaran a la estación.
Durante la permanencia de Fincke, Magnus y Lonchakov en la Soyuz, la EEI quedó en configuración de operación automática, incluido el cierre de varias compuertas internas.
Las tripulaciones permanentes de la EEI trabajan a bordo de la estación espacial durante medio año. La nave rusa Soyuz, acoplada a la plataforma, permanece como vehículo de evacuación en caso de emergencia.
El incidente de hoy ocurrió un día después que un escape de hidrógeno líquido en el tanque externo del transbordador espacial Discovery, en el Centro Espacial Kennedy, del sur de Florida, obligara a postergar su lanzamiento.
El Discovery debía cumplir una misión de dos semanas en la EEI, a donde sus siete tripulantes, cuya partida ahora se ha fijado a partir del domingo, llevarán un nuevo conjunto de paneles solares que, una vez conectado y en operaciones, permitirá que la estación albergue hasta seis personas.
Fincke y Lonchakov completaron el martes una jornada de cuatro horas y 49 minutos de labor afuera de la EEI, durante la cual instalaron equipos para nuevos experimentos, reajustaron los materiales de un ensayo ruso de exposición espacial, y tomaron numerosas fotografías del exterior del puesto orbital para la inspección.
La jornada fue la sexta caminata espacial para Fincke, quien ha acumulado 26 horas y 12 minutos de trabajo exterior, y la segunda para Lonchakov, que suma 10 horas y 27 minutos.
Hace un mes llegó a la EEI, un proyecto de 100 mil millones de dólares en el cual participan 16 naciones, la nave rusa no tripulada Progress 32, que llevó suministros, incluida una partida de chocolate, para los tres habitantes de la estación orbital.
El atraque de la Progress en el muelle Pirs ocurrió casi tres días después de que un satélite ruso y otro estadounidense colisionaran accidentalmente a unos 790 kilómetros sobre Siberia.
La NASA y la Red de Vigilancia Espacial de Estados Unidos indicaron, posteriormente, que observaban la dispersión de restos de la colisión para determinar si representaba un peligro para la EEI.
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