El gobierno promulgó modificaciones legales para permitir el uso experimental de maíz genéticamente modificado en México y desató una polémica sobre los riesgos de contaminación a los cultivos nativos de un país considerado el lugar de origen del grano.
"No se permitirá la experimentación ni la liberación al ambiente de maíz genéticamente modificado que contenga características que impidan o limiten su uso o consumo humano o animal, o bien su uso en procesamiento de alimentos para consumo humano", señaló la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados publicada el viernes en el Diario Oficial.
El Ejecutivo señaló que se permitirá la experimentación con maíz transgénico siempre que no implique riesgos para el consumo humano o animal, además de que no exista una variedad convencional alternativa.
El tema del maíz transgénico ha sido desde hace años un asunto polémico en México, donde se estima tiene su origen hace más de 6.000 años como alimento humano con el "teosinte", la variedad primitiva del grano.
En el México actual existen al menos 59 razas de maíz y cerca de 200 variedades. Grupos ambientalistas han advertido que la autorización de granos transgénicos derivarían en una contaminación de los cultivos originales y, por consiguiente, los pondría en riesgo.
"Antes de pensar en la autorización de siembras experimentales, el gobierno debe tomar medidas de la situación actual de contaminación", dijo a la AP Aleira Lara, coordinadora de la campaña de agricultura sustentable y transgénicos de Greenpeace en México.
Greenpeace ha sostenido que se han dado algunos casos de contaminación en el país. Un estudio publicado en la edición de febrero de Molecular Ecology señaló que genes de maíz transgénico sí contaminaron las plantas endémicas en el sureste de México.
Lara aseguró que además de los riesgos, el gobierno no sometió a consulta pública las modificaciones a la ley para que especialistas y grupos de la sociedad pudieran hacer sus recomendaciones.
"Somos centro de origen y diversidad genética del grano, y como se ha probado la imposibilidad de convivencia (entre el grano nativo y el transgénico), esto plantea un serio riesgo", dijo.
Las modificaciones legales señalan que las secretarías de Agricultura y de Medio Ambiente promoverán la conservación de razas y variedades de maíces criollos y sus parientes silvestres, además de que se impulsará el desarrollo de laboratorios para detectar y cuantificar el grano genéticamente modificado.
Lara dijo que la industria biotecnológica tiene como meta lograr autorizaciones para comercializar maíz transgénico. Y la experimentación es el primer paso.
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