Hace 90 millones de años, una manada de jóvenes dinosaurios murieron atrapados en el lodo a orillas de un lago en lo que hoy es el desierto de Gobi (China), donde sus huellas y sus restos han permitido conocer ahora su lenta agonía.
De nada sirvieron los intentos desesperados de los 25 teropodos ornitomímidos por liberarse sino para atraer a los carroñeros, aunque con ello dejaron en el barro huellas para la posteridad que servirían para desvelar su historia.
La tragedia ha podido ser recreada ahora por paleontólogos estadounidenses y chinos gracias a las excavaciones realizadas en el oeste de Mongolia interior, donde fueron hallados los esqueletos perfectamente conservados de estos dinosaurios parecidos a un pájaro.
La repentina muerte colectiva de los dinosaurios, bautizados "Sinornithomimus Dongi", da una rara visión de un episodio ocurrido en el cretáceo superior y del comportamiento social de estos animales, según el profesor Paul Sereno, de la universidad de Chicago.
"Todos eran jóvenes de entre 1 y 7 años, lo que indica que los individuos inmaduros de una manada eran abandonados a su suerte mientras los adultos se ocupaban de sus nidos", explicó.
El paleontólogo y varios colegas estadounidenses y de la Academia China de Ciencias publicaron sus hallazgos en la revista especializada Acta Paleontologica Polonica en diciembre pasado.
Ahora los divulgan al gran público con motivo de una visita a Mongolia interior tras la entrega a China en febrero de dos ejemplares reconstruidos para poder ser expuestos, explicó a Efe Sereno.
Los dos ejemplares conservan en su estómago las piedras utilizadas para digerir sus alimentos y restos de su última comida, compuesta de plantas que no han podido ser identificadas porque no quedaban vestigios de polen, añadió.
"Estamos empezando a levantar el velo sobre la vida de los dinosaurios gracias al trabajo en lugares como este", dijo.
Los primeros huesos de la manada fueron encontrados en 1978 por un geólogo chino al pie de una pequeña colina en el desierto de Gobi, pero éste se limitó a marcar el emplazamiento y los esqueletos no serían desenterrados hasta 1998.
Sereno explicó que los paleontólogos chinos excavaron 12 y el equipo estadounidense otros 13 y se tardarían años en determinar su edad, las circunstancias de su muerte y la naturaleza de los sedimentos.
"Este es el primer lugar conocido en el que se ha preservado intacta una población de dinosaurios, un conjunto natural de individuos, lo que es muy importante para conocer su comportamiento", dijo.
El equipo de paleontólogos estudió la posición de los huesos y los detalles de las capas de roca para intentar entender el por qué tantos animales de una misma especie habían muerto en un mismo sitio.
Los esqueletos mostraban el mismo estado de conservación y la mayoría miraban en la misma dirección, lo que sugiere que murieron juntos en un corto intervalo de tiempo.
Sus patas traseras estaban atrapadas en el barro y a algunos les faltaban los huesos de la cadera, la zona más carnosa, lo que ha llevado a los científicos a pensar que fueron atacados por algún carroñero o depredador poco después de su muerte.
"Estos animales murieron lentamente en una trampa de lodo y al debatirse lo único que lograron fue atraer la atención de un carroñero o un depredador", afirmó Sereno.
El paleontólogo David Varicchio de la universidad de Montana dijo que por primera vez en una excavación "sentí pena porque sabía cómo habían muerto esos animales. Era una sensación extraña".
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