Zina Deretsky / NSF
Realizando tantos vuelos de observación como para igualar en total la distancia de varias vueltas al mundo en avión, y estableciendo una red de instrumentos sísmicos en un área de extensión equivalente a la del estado de Texas, un equipo internacional de científicos no sólo ha verificado la existencia de una cadena montañosa de la cual se sospecha que causó la formación de la enorme capa de hielo de la Antártida Oriental, sino que también ha preparado una representación detallada del abrupto paisaje enterrado bajo varios kilómetros de hielo.
Trabajando bajo durísimas condiciones, todo el tiempo con temperaturas de 30 grados Celsius bajo cero, el equipo de expertos de siete naciones ha obtenido imágenes detalladas de lo que podría considerarse como la última cordillera sin explorar en la Tierra: las inmensas Montañas de Gamburtsev, descubiertas por científicos rusos en 1957, pero nunca pisadas por pie humano porque quedan bajo una capa de hielo que alcanza los 4 kilómetros de grosor, en la región más remota de la Antártida.
Los instrumentos han revelado un terreno notablemente accidentado, con profundos valles y picos montañosos muy afilados.
La Fundación Nacional para las Ciencias (NSF), en su papel como administradora del Programa Antártico Estadounidense, aportó gran parte del complejo apoyo logístico que ha hecho posibles tales descubrimientos.
Ahora se sabe que las Montañas de Gamburtsev tienen el tamaño de los Alpes europeos, y que además poseen picos y valles similares. Sin embargo, esto aumenta aún más el misterio sobre cómo se formó la descomunal capa de hielo de la Antártida Oriental.
Si la capa de hielo creció poco a poco, entonces cabría esperar ver montañas erosionadas en forma de meseta. Pero la presencia de picos y valles parece indicar que la capa de hielo se formó muy rápidamente.
Los científicos están desconcertados, y por eso no pueden por ahora hacer más que sumergirse en los datos, con la esperanza de hallar en ellos una explicación convincente de lo que ocurrió hace millones de años.
El área inspeccionada en el estudio cubrió unos 2 millones de kilómetros cuadrados de la capa de hielo.
Los datos iniciales también parecen confirmar las conclusiones de estudios anteriores que sugerían que existe un vasto sistema acuífero de lagos y ríos por debajo de la capa de hielo antártica.
Las temperaturas en los campamentos de los investigadores rondaban los 30 grados Celsius bajo cero, pero a unos tres kilómetros por debajo de ellos, en el límite inferior local de la cubierta de hielo, detectaron agua líquida en los valles.
Los datos obtenidos en el estudio ayudarán a los científicos a determinar el origen de la Capa de Hielo de la Antártida Oriental, y el papel que desempeñaron las Montañas de Gamburtsev en ello. También les ayudarán a entender el papel que tiene el sistema acuífero subglaciar en la dinámica de las capas de hielo, lo que, a su vez, ayudará a reducir la incertidumbre científica de las predicciones sobre potenciales elevaciones del nivel del mar en el futuro.
Los datos también serán empleados para localizar dónde se encuentra el hielo más antiguo del planeta.
Información adicional en: NSF
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