Sopesar opciones a la hora de tomar una decisión no es siempre la mejor manera de acertar, al menos en el caso de las hormigas, que a la hora de elegir "casa" son mucho más eficaces que los seres humanos, según un estudio científico.
Biólogos de la Universidad de Bristol (Inglaterra) han constatado que las hormigas tienen una capacidad innata para encontrar el mejor hormiguero sin tener que estudiar todas sus opciones y que lo hacen colectivamente a partir de la valoración de unos pocos individuos.
El estudio, dirigido por la profesora Elva Robinson, se pudo hacer gracias a la colocación en las hormigas de minúsculos emisores de radio-frecuencia (dos mil veces más pequeños que un sello de correos) que permitieron rastrearlas en su búsqueda de hormiguero.
Los investigadores vieron que la colonia estudiada -de la especie hormigas de roca o "Temnothorax albipennis"- tenía un comportamiento altamente desarrollado a la hora de buscar un nuevo hormiguero cuando las circunstancias le obligaban a emigrar.
En primer lugar, un grupo de hormigas exploradoras son enviadas a buscar nuevos hormigueros y a evaluar el mejor emplazamiento.
Cuando las exploradoras consideran que lo han encontrado regresan y acompañan a otras a los lugares que se han tomado en consideración hasta que se alcanza el suficiente "quórum" para trasladar a toda la colonia hasta el lugar.
Los biólogos de la Universidad de Bristol vieron que eran muy pocas las hormigas involucradas en comparar y decidir, y que el resto, en su gran mayoría, aceptaban la selección aunque supusiera trasladarse a una distancia hasta nueve veces mayor.
En la investigación se trabajó con dos hormigueros, el peor y más cercano, y el mejor y más lejano, y se comprobó que aproximadamente la mitad (41 por ciento) de las hormigas que primero visitaron el más cercano se decidieron por el más lejano, mientras que sólo un 3 por ciento hicieron el proceso a la inversa.
Según la doctora Robinson, "las hormigas que encontraban el peor hormiguero tendían a cambiar y encontrar el bueno, mientras que las hormigas que encontraban el bueno ya no tenían necesidad de cambiar y se quedaban".
"La mayoría de los individuos de la colonia no necesita evaluar comparativamente para que el grupo en su conjunto termine adoptando la decisión correcta", dijo.
Frente a eso, otros animales -incluidos los seres humanos- que realizan una evaluación comparativa antes de decidir, "frecuentemente toman decisiones 'irracionales' por el contexto en el que se comparan las opciones o por confrontar opciones contradictorias", añadió.
Un ser humano, explicó Robinson en un comunicado, "puede preferir una opción A frente a una opción B, preferir la B a la C, y al mismo tiempo preferir la C sobre la A", lo que es contradictorio e impide elegir con acierto la mejor opción desde un punto de vista objetivo.
"Las hormigas por contra son capaces de hacer una evaluación absoluta sobre la calidad del hormiguero que no está sujeta a estos riesgos y sortean la necesidad de memorizar y comparar cada sitio visitado", añade Robinson, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista "Proceedings of The Royal Society B".
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