Desde los gecos e iguanas hasta los monstruos de Gila y los dragones de Komodo, los lagartos están entre los reptiles más comunes de la Tierra. Se encuentran en cada continente excepto la Antártida. Aparentemente pueden adaptarse a una amplia variedad de condiciones, pero son más abundantes en los trópicos.
Sin embargo, una nueva investigación que se fundamenta en comparaciones con datos recolectados hace más de tres décadas demuestra que los lagartos que viven en los bosques tropicales de América Latina y el Caribe podrían encontrarse en un serio peligro ante la elevación de temperaturas asociada al cambio climático.
De hecho, esos lagartos de los bosques parecen tolerar un espectro mucho más estrecho de temperaturas que sus parientes de latitudes más altas, y son además menos tolerantes a las altas temperaturas.
Raymond Huey, profesor de biología de la Universidad de Washington, es el autor de este nuevo estudio que esboza las amenazas del calentamiento climático para los lagartos.
A menudo se ha asumido que los organismos tropicales afrontan de manera mucho mejor las altas temperaturas que los de climas más fríos porque las tierras bajas de los trópicos siempre resultan cálidas. Pero esa suposición es verdadera sólo hasta cierto punto, porque los lagartos de los bosques tropicales experimentan una gama mucho más estrecha de temperaturas durante el año y nunca o casi nunca están expuestos a temperaturas altas extremas.
Por ejemplo, un lagarto en un bosque de Puerto Rico podría experimentar a lo largo del año una variación de temperatura de sólo la mitad de grados de la variación experimentada por un lagarto en Washington.
Las condiciones del hábitat forestal tienden a mantener a los lagartos que viven allí a temperaturas que les permiten desenvolverse con su máxima eficacia fisiológica, o bien muy cerca de ella. Sin embargo, un cambio de temperatura de sólo unos grados puede reducir grandemente su eficiencia fisiológica.
Los lagartos son ectotermos, regulando la temperatura de sus cuerpos por intercambio de calor con el medio.
Dado que los lagartos de zonas boscosas tropicales no son muy tolerantes al calor y viven en ambientes que ya son cálidos, cualquier calentamiento adicional podría ponerlos por encima de sus límites.
Parece poco probable que los lagartos puedan adaptarse evolutivamente a las condiciones térmicas impuestas por el cambio climático global, ya que el ascenso de las temperaturas está siendo demasiado rápido en términos evolutivos.
Información adicional en: University of Washington News
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