Un planeta fuera del sistema solar, cuatro veces más grande que Júpiter, alcanza en sólo seis horas una temperatura de 700 grados Celsius (1.200 Fahrenheit), indicó un estudio.
"Es la primera observación de clima dispar" en un planeta que no pertenece al sistema solar, aseguró Gregory Laughlin, el autor del trabajo publicado en el número de la revista Nature que aparece el jueves.
Laughlin, profesor de astronomía en la Universidad de California en Santa Cruz, estudió el planeta con el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA.
Cambio es un eufemismo para ese cuerpo celeste sin vida, denominado HD80606b, donde la palabra "templado" jamás aparecería en un pronóstico meteorológico.
El planeta tiene una temperatura abrasadora media de 525 C (980 F). Pero en las breves horas en que gira en torno a su sol el planeta alcanza un mega-calor que eleva el termómetro cerca de los 1.225 C (2.240 F).
Durante su corto recorrido más próximo a su sol, el planeta está 10 veces más cerca de su estrella de lo que Mercurio del sol que alumbra la Tierra. En el punto de mayor acercamiento, el planeta se convierte en una enorme "tormenta en gestación" incluso con ondas de choque, dijo Laughlin. La radiación que bombardea al planeta es 800 veces más intensa que en su punto más distante.
Con la misma rapidez, el planeta se aleja e irradia el calor hacia el frío vacío del espacio. Toma un color rojo cereza y la temperatura baja abruptamente, añadió.
"Totalmente insólito", describió Laughlin. "Es inhabitable en absoluto. En una galaxia de planetas inhabitables, éste destaca por ser completamente inhóspito para la vida".
El planeta circunvala su estrella —la más grande de un sistema binario— con una órbita similar a la de los cometas en apenas 111 días.
La estrella es visible desde la Tierra cerca de la Osa Mayor. El 14 de febrero, el HD80606b pasará entre la Tierra y su estrella. Existe una posibilidad de 15% de que los astrónomos aficionados puedan observarlo con telescopios pequeños cuando oscurezca una parte minúscula de la estrella, indicó Laughlin.
"Este es de hecho un planeta raro, donde el rango de temperatura varía de infernal a superinfernal", dijo el astrónomo Alan Boss del Carnegie Institution. "Este lugar hace que Venus parezca un buen lugar para vivir, por decir algo".
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